Aunque no estemos juntos, estarán los recuerdos...

domingo, 28 de abril de 2013

El mensaje, Parte II

Lucero se había ido muy enojada, a casa, Manuel no pudo explicarle, pero tampoco fue tras ella. Se habia indignado con ella, debido a su desconfianza.

Cayó la noche, el cielo estaba estrellado y la luna llena, parecía un inmenso queso que se escondía en el horizonte. Lucero se había bañado en la tina, durante 3 horas. Manuel en su casa sentía como su cuerpo se calentaba de solo pensar en su amada Lucero. Sentado frente a la ventana de su casa, Manuel, recordaba las noches de pasión que había tenido con su amada. Una fuerte corriente le recorrió el cuerpo. Empezaba a orgasmarse de solo recordar cuando dejaba entrar su pene, sobre las piernas y vagina de su lindis.

No aguanto más. Se fue donde Lucero. Sabia que estaba enojada, por lo tanto estaba en su cuarto. Tan bien la conocía. Tocó despacio, ella se hizo la dormida, para no contestarle. Eso no pareció importarle, abrió la puerta y entró. Ella yacía en el cama, entre sábanas de seda blanca. 

El se acercó y le acarició la cabeza, y en voz caramelosa le decía --Ay mi adorada lindis, por qué tienes que dudar de mi, si sabes que mi corazón y mis ojos solo te conocen a ti-- Ella escuchaba todo, pero no respondía, seguía sin abrir los ojos. Él susurró a su oido --Me enloquece la idea de que me celas, te amo-- y  decidió irse.

No había caminado ni dos pasos, cuando ella le respondió --y a mi me enloqueces vos, con esa voz, ese amor, ese cuerpo....me volves loca Manuel Mijares de Hogaza-- y se dejó ir sobre los brazos de su soldado del amor.

Se dieron un beso apasionado. Ella le mordió la oreja y le dijo --quiero que hoy, no me hagas tuya, deseo que me destroces en la cama, soy tu esclava sexual--- Manuel sonrió picaramente y le respondió con un beso y un apretujón de nalgas.

La cargó y se lanzaron a la cama. Ella reía a carcajadas, mientras Manuel la besaba locamente. Empezaron con tiernas caricias, besos en el cuello, orejas, manos, y boca....esos besos, esos besos se fueron extendiendo a mordidas y apretujones.

Cuando ya Manuel empezaba a erectarse, cuando dijo --espera voy al baño-- ella se quedó con una cara de susto. Él fue al baño por unos aceites de almendras. 

Lucero esperaba impaciente en la cama. --fui por esto, para hacer la noche más deliciosa-- Ella se puso boca abajo sobre la cama, mientras él empezó a derramar aceite sobre los pies, al mismo tiempo que lamia, por donde caía la sustancia caliente.

Cuando derramó aceite por sus bubis, no tardo en dejarse amamantar como bebé de meses, y Lucero? Pues ella extasiada solo gritaba de tanto orgasmo que tenía.

De la nada, ella sacó una botella de chocolate liquido y le dijo --Ahora te toca a ti, ser mi esclavo sexual-- Manuel, no dudo ni dos veces, y le respondió --A tí, todo lo que quieras, soy tu más fiel esclavo, mi amor--

Ella hacía todo a la inversa. Primero mordía el cuerpo de él para luego dejar caer el chocolate, y finalmente lo chupaba. Asi llegó hasta el miembro al aire de Manuel, sonrió picara y mirandolo a los ojos le dijo --al fin llegué, al lugar que me pertenece-- Y él le dijo --no, no, nooooo--- y ella a carcajadas le derramo el chocolate sin dejarlo terminar de hablar.

Ella enloquecida, le empezó a dar una dosis de sexo oral, y él orgasmado le pedía más y más. Aquella escena parecía una pelicula xxx. Cualquiera que los viera, no los habría reconocido. Ellos no sentían vergüenza de amarse asi, pues su amor erra algo cristalino.

Las posiciones sexuales del kamasutra, habían desaparecido esa noche, pues Lucero se veía como una maestra del kamasutra del nuevo siglo XXI. Gritaban, se amaban, se besaban.....se amaban apasionadamente.

Terminaron cansados, sudorosos, pero amándose todavia, ella descansó sobre su pecho y le dijo --mi spaw, después de esta noche, no me queda más que perdonarte lo de hoy en la mañana-- se dieron un beso y durmieron esperando a que el sol les alumbrara la cara. 

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