Aunque no estemos juntos, estarán los recuerdos...

viernes, 29 de noviembre de 2013


En busca de la felicidad



La relación de Lucero y Manuel no marchaba bien. Era la tarde de verano de un 18 de enero, se cumplía un aniversario más de la boda de la pareja. Lucero estaba emocionada de pensar en la sorpresa que Mijares le tenia preparada. "Serán chocolates? O un anillo de diamantes? O una cena romántica?" decía para sí, estaba muy ilusionada. 

Se llegó la noche y Lucero se arregló muy guapa, pues quería darle una sorpresa a Mijares. Vestía un hermoso vestido rojo, abajo de la rodilla, el cual dejaba sus perfectos hombros al aire, su cabello estaba medio recogido en un moño muy natural. Lucia radiante. El reloj marcaba las 8 de la noche, y la guapa mujer tomaba una copa de vino tinto. Los niños habían ido a dormir a la casa de la abuela. Todo estaba planeado.

Una, dos, tres....cinco copas, y Manuel nunca llegó, a decir verdad, no llegaría, pues había olvidado el aniversario de bodas. Asunto de trabajo? O lo hizo a propósito? 

Ya pasaba la media noche y Lucero se resignó a que su esposo no llegaría, apagó las luces, se tomó la última copa de vino y subió hacia su habitación. Estaba enojada, muy triste. Se miró frente al espejo y se dijo "Soy una estúpida, como pude creer que Manuel se acordaría de la fecha", se desmaquillo enojada, se despojó de la ropa y se metió entre sabanas blancas, marca Ralph Lauren (regalo de los invitados de la boda). De tanto llorar, Lucero se quedó dormida. 

A la mañana siguiente despertó con un fuerte dolor de cabeza. Bajó a la cocina en busca de un café super cargado. Desayunó, se arregló y salió a buscar a los niños a casa de su madre.

Manuel no llamó para justificarse, y no lo hacia aún. Su silencio heria aun más a su esposa. Ella tampoco lo llamaría, pues se sentía humillada. 

José Manuel y Lucerito corrieron a los brazos de su madre, cuando la vieron bajar del auto. Su abrazo fue un reconfortante aliciente para Lucero, quien no pudo contener las lágrimas y les dijo "Mis amores, los adoro tanto". Ellos solo sonrieron y en coro respondieron "Mamí, te amamos". La escena se tornó melancólica. Doña Lucero sabia que algo extraño ocurría, por eso le pidió a los niños que la dejaran hablar con su madre.

--¿Qué pasa Lucero, por qué tan triste? La señora se notaba preocupada, curiosa e inquieta.

--Ay mami! Me siento tan triste, la mujer más desdichada de este mundo. Manuel no llegó anoche a la casa, olvidó nuestro aniversario de bodas, sabes cómo me siento?"

Doña Lucero, dejó ir un suspiro, y exclamó --Ah! es eso, ay nena, no tienes porque sentirte así, Manuel no merece ni una sola de tus lágrimas, y si olvidó la fecha es porque no le importas--

Lucero se sorprendió por las palabras de su madre, pues esperaba que ésta fuera a consolarla, como solía hacerlo cuando ella estaba pequeña, y lloraba cuando veía una cucaracha. Lucero no respondió y solo dijo, --Mami, no tienes idea de como yo amo a ese hombre, y aunque para ti signifique una tontería que haya olvidado el dia de ayer, para mi es algo catastrófico, pero claro, eso nunca lo vas entender--respondió enojada.

Salió corriendo de la sala y llamó a los niños. Doña Lucero, exclamó "Mi pobre hija, sigue enamorado de ese imbécil, que no vale nada".

Cuando llegaron a casa, sobre la mesa había un arreglo de flores rojas, dentro del racimo una nota blanca que decía "Perdón, No olvidé la fecha, solo que hoy te quiero más que ayer".

Lucero no sabia que decir, ni que gesto hacer, estaba confundida. Manuel no estaba en la casa, o al menos eso parecía, pues Lucero lo buscó y no lo encontró, trató de llamarlo por teléfono pero tampoco contestó.

El reloj marcaba las 9 de la noche, los niños dormían y Lucero estaba metida en su cama, viendo la película "escápate conmigo", a decir verdad recordaba momentos agradables y tiernos.

Justo cuando la película acababa, Lucero sintió a lo lejos los pasos y el aromático perfume de Manuel. Se hizo la dormida, para que él no le hablara. Abrió la puerta suavemente, y fue a contemplar el rostro de Lucero.

Le acariciaba el rostro, y a la vez rezaba muy despacio y casi en silencio --Lucerito, perdóname, por haber olvidado nuestro aniversario, sé que no tengo perdón, pero solo quiero un "te amo" de tus labio, eso es más que suficiente. Ella escuchaba todo, tenia tantas preguntas que hacerle, pero tenia miedo a las respuestas.

No abrió los ojos, Manuel se levantó y se fue a dormir al sofá. Lucero no podia dormir, ya habian pasado 3 horas de la llegada de su amado. Tenia el impulso de bajar para verlo, pero sentia miedo a algo. Recorria el cuarto en circulo, pasó asi durante media hora, hasta que decidió bajar.

Manuel dormia. Ella vestia un camisón rojo, muy provocativo. Acarició la cabellera de Manuel, y le susurró al odio "Spaw, despierta" y le mordió la oreja muy tiernamente. Él se despertó y sorprendido le dijo "Lucero, qué haces despierta a esta hora?" Ella solo le puso su dedo indice en los labios de Manuel y le dijo "No digas nada, solo quiero que me ames" Lo besó tan apasionadamente que Manuel, no dudó en cargarla y levarla al cuarto.



Lucero lo amaba todavía, y él solo queria demostrarle que su amor era sincero. El cuerpo perfecto y esbelto de Lucero fueron como un mapa para Mijares, la besaba y la descubría como si fuera la primera vez que estaban juntos. Lucero se sentia plena, amada, feliz....Pero algo feo estaba por venir....

To be continued


miércoles, 27 de noviembre de 2013



Siempre juntos 


Como últimamente los intentos de volver a estar juntos no estaban siendo como lo esperaban, entonces ella por fin acepto esa cita. Hace mucho tiempo la venía cancelando por uno u otro siempre siendo Manuel el culpable, solo porque no quería darle un motivo más para culparla.
A las 8 Andrés paso por ella, era un viejo de la infancia y que hace poco habían vuelto a contactarse, el era divorciado y le interesaba.  La llevo a un restaurante muy elegante cercano a su casa, de luces tenues y música romántica, ella no venía en plan de nada, solo platicar y conocerse, el tenía esperanzas de algo. Conversaron un buen rato de trabajo, la vida, sus hijos un tema que a ella le llenaba de orgullo siempre, sus hijos eran el motor para alentarla a seguir, pidieron la cena con buen vino acompañándolos, ya había pasado una hora, cuando estaban disfrutando su comida, ella sentada con la mirada hacía la puerta ve que junto a grupo de amigos entre risas bromas llegaba al restaurante Manuel. Su corazón se acelero como un ladrón a punto de ser descubierto, ellos ya no eran nada, pero de alguna manera ella sentía que lo estaba traicionando. Manuel le clavo mirada quedándose mudo, no aceptaba ver a su mujer acompañada de otra persona. Se sentaron alejados a ella pero la miraba de frente como queriendo controlar cada movimiento que la pareja hiciera. Algo nerviosa y con la cabeza en todos lados menos en la plática de Andrés, él estaba embobado con ella que ni había percatado la llegada Manuel, entonces ella se disculpo con él para ir a tocador.
No había nadie en el baño así que con sus monólogos frente al espejo intentaba calmarse pero le era imposible, retoco su maquillaje, acomodo su ropa, tomo un poco de aire para acarrear valor y al momento de salir, Manuel invadió el baño de mujeres trabando la puerta tras de sí. –Manuel que haces acá? No puedes entrar- le dijo asustada y con su corazón a mil por hora. El que va a hacer las preguntas soy yo. Que haces con ese tipo? Desde cuando estas saliendo con él?-le decía casi gritando-  No tienes derecho a indagar en mi vida si no somos nada, ni soy de tu posesión- Así que no eres de mi posesión- le dijo en tono irónico y caminando así ella. Lucero caminaba para atrás evitando que la toque hasta que choco con la pared, temblaba sentía la mirada de Manuel furiosa sobre ella. Ahí arrinconada Manuel la beso con rabia y pasión, la apretó contra él, ella se resistía pero no la soltaba, una de sus manos le agarro su trasero y le susurro al oído -eres toda mía-  mordiéndole el lóbulo. Ella gimió de placer y ya sin resistencia lo beso con pasión, agarrándole el pelo, sus lenguas entrelazadas pedían más y más, estaban sedientos de sus labios. Manuel comenzó a des prenderle la blusa, uno dos tres botones y cuando su brasier se comenzaba a notar ella lo detuvo – Espera Manuel acá no podemos, debo regresar alguien me está esperando-  dijo arreglando su ropa. –No me pidas que te deje volver a los brazos de ese tipo, No- -Manuel salí con él, debo regresar con él- -Prométeme que no permitirás que propase contigo- -Si sabes que no puedo olvidarte, Te amo- le dijo al oído y lo beso cerca de los labios. Una mirada rápida al espejo y salió. El se quedo solo en silencio, golpeo fuerte la pared, soltando un grito “Yo también Te Amo” susurro.  Espero que pasaran unos diez minutos y salió, a enfrentar la realidad ver la mujer que tanto amaba en brazos de otro, pero para su sorpresa ellos ya dejaban el lugar, la reconoció detrás, como no reconocerla si la conocía perfectamente sus piernas, su pelo, todo ella.
Continúo con su velada entre risas de chistes sin sentido y una que otra anécdota, pero en sí su mente estaba fuera de ese lugar, imaginaba lo peor a ese tipo besándola en su carro colocándole las manos tocándola como si la fuera romper o ensuciar, “nadie la sabe tocar como yo” pensó.  El sonido de su celular lo volvió a la realidad, era ella. Te estoy esperando…
Manuel no podía creer lo que estaba leyendo, sus ojos brillan y en sus labios se dibujo una sonrisa, disculpándose con sus amigos con una escusa sin sentido se retiro casi corriendo, subió a su coche y manejo lo más rápido que pudo. De uno de los compartimientos del auto saco su llave, nunca había devuelto todos los juegos de llaves que tenía. Lucero lo esperaba nerviosa, a penas llego se había sacado lo que traía y lo esperaba con su baby doll color negro y encaje, que dejaba ver sus pechos a través del tul, con una pequeña tanga que resaltaba su trasero, se miraba al espejo se sentía sexy, quería verse sexy. Cuando sintió el coche sabía que él iba a subir, apago las luces de su habitación y lo espero detrás de la puerta. Al entrar el fue directo al centro de la habitación donde estaba la cama –Amor- dijo no muy fuerte, ella como un gato siamés se le acerco por atrás y le mordió el lóbulo mientras metía su mano por la camisa, -Tú también eres todo mío-,  le dijo con su voz ronca y sexy. Rápidamente Manuel la agarro –Si todo tuyo- y la levanto, ella encerró sus piernas a él mientras lo besaba, ciego iba entre sus besos hasta que la tiro en la cama. –Me encanta lo que traes puesto para mí, pero ya te lo quiero quitar- le dijo todo agitado y sacándose su camisa. –Hazme lo que quieras esta noche- le dijo ella con su mirada clavada en los ojos de él y mordiéndose los labios. Manuel sin palabras se desembarazo de su pantalón y lanzó sobre ella, la recorrió con sus besos, lentamente le quito el baby doll dejando sus pechos descubiertos juego con ellos mientras Lucero arqueaba su espalda de placer, estaba entregada completamente a ese hombre.

Luego sus cuerpos desnudos que se conocían a la perfección se unieron, en un vaivén de embestidas cada vez a un mayor ritmo, él le callaba sus gemidos con besos apasionados y devoradores, hasta que llegaron a la cima de sus fuerzas con un ronco gemido. Sus cuerpos agitados se tendieron sobre la cama, su sudor era uno solo, el éxtasis de ese momento era tan fuerte como el amor que se tenían el uno al otro.  La brisa de la ventana los acariciaba, mientras de a poco en silencio abrazados se pronunciaban todas esas palabras de amor a través de  su mirada.  El la abrazó en señal de nunca dejarla sola hasta que se quedaron profundamente dormidos. 

jueves, 15 de agosto de 2013



Sin aguantarse las ganas- Parte I 





La jornada de grabación había sido extensa para Lucero, por eso ese día Manuel la ayudo con los niños, como era tiempos de escuela ellos prefirieron volver a la casa de su mama después del colegio para estar más cómodos y Manuel estaría con ellos hasta que Lucero llegara como habían acordado esa mañana por teléfono. 
Luego de acostarlos y comprobar que estaban dormidos, pensó irse pero como ella no llegaba no quería dejarlos solos, fue hasta la cocina saco un copa y un botella de vino y se sentó en el sillón de la sala a ver el resumen del fútbol a esperar. Eran pasada la 1 de la mañana y ella no regresaba y la botella de vino se había terminado,  le mando un mensaje preguntando donde estaba pero apenas lo mando sintió que se abría la puerta. 
Dejando su bolsa sobre la mesa de entrada, entro a la casa y fue hasta la sala, verlo de espalda con su cabellera llena de rulos y en el lugar que siempre solía estar le causo un respingo. Hacia mucho tiempo que no le afectaba sentirlo tan cerca pero esa noche era algo especial, no sabía si era la fatiga de tanto trabajo que necesitaba sus caricias o el verlo así tan el que necesitaba reclamarlo como su dueña. el se dio vuelta -lucero no te había escuchado- mintió. 
Ella se acerco y sin poder evitarlo lo saludo con un beso, un beso provocativo dado en la comisura de los labios, deseando que el hubiera corrido la cara y besarle su boca. 
-Veo que se acabó el vino- dijo y se sentó al lado de el.- Si perdón es que desde hace rato te estoy esperando, los niños están dormidos y tu ya estas aquí, así que es mejor que me vaya- hizo la intención de levantarse y ella lo tomo del brazo impidiéndole. -no te vayas Manuel, hoy no- le dijo y sin más lo beso, <<que estas haciendo lucero, porque eres tan aventada>> su conciencia la recriminaba. Se parto -perdón, yo no debía- - no hay nada que perdonar- la atrajo a el y la beso con las fuerza, ella le correspondía su beso mientras le desprendía los botones de la camisa, introdujo su mano entrelazando sus dedos con los pelos del pecho de el, algo que le fascinaba. El descendió por el cuello de ella y luego se acercó a su oreja -te necesitaba- Le susurro. Ella le tomo la cara con ambas manos y mirándolo a los ojos le dijo - no más que yo- y lo beso con todas sus fuerzas tratando de sentirlo, que sus labios se hicieran un solo par, que cada huella de ese momento quede grabada en ella. El la desobligo de su camiseta y la tumbo sobre el sofá donde pudo recorrer todo su torso a besos y ella lanzo un gemido cuando Manuel llego a su barriga y la continuo besando desabrochando su jean.
Se saco la camisa y pego su torso al de ella, haciéndola sentir su entrepierna y ella ahogó su grito entre los labios de el, en un suave e intenso beso. 
Las manos de ella recorrían toda la espalda mientras las de el ágiles y delicadas con un solo movimiento le sacaron el corpiño de encaje rojo que traía para tener acceso directamente a su piel el juego con ellos haciéndola sentir con todo su cuerpo, arqueo su espalda -quiero sentirte Manuel- dijo con su voz entrecortada.  El sin más cumplió sus  órdenes deslizo el pantalón de ella cuidando que sus manos recorrieran toda sus piernas mientras volvía hacia ella. Cumpliendo sus órdenes, sus cuerpos de unieron, se movían al mismo ritmo, con envestidas fogosas , ella con su manos entrelazadas en su pelo, que jalaba a causa de las sensaciones que vivía  y besándolo para decirle cuanto lo seguía amando. Ella llego al la cima de sus emociones, grito sin inhibiciones, sin importarle que la escucharán, el también lo hizo con un ronquido grave y cayendo tendido sobre el cuerpo de ella. Sus cuerpos agotados con sudor y respiraciones agitadas, sobre el sillón, pero la noche recién empezaba y sus almas no habían sido saciadas... 

jueves, 20 de junio de 2013

Te necesito





Lucero       11:04 a.m.

Feliz Día del Padre. 

Manuel 

Que original saludo igual Gracias.

Lucero 

Que otras palabras puedes usar para desear un Feliz Día del padre. De nada.

Manuel

Ah bueno parece que alguien se levanto de mal humor. Como te conozco

Lucero

Me conoces mal, estoy perfectamente.

Manuel

Después de todo lo que vivimos piensas que no te conozco. Por favor.

Lucero

SI, parece que te has olvidado de cuanto me conoces.

Manuel

Estas equivocada, acá la que olvido es otra. Yo no olvide. Todo iba tan bien hasta que vos cambiaste.

Lucero

Ah! Con que cambie? Mira realmente ya mejor me calló, esta conversación está muy gastada no te parece, hace dos años estamos estancados en lo mismo. Tienes que superar que yo te quiero pero no como el día que nos casamos.

Manuel

Yo si Te Amo como el día que casamos.

Leído 11:26am.



El celular de Manuel no volvió a sonar, sabía que con esas palabras había llegado al corazón de Lucero pero no quería insistir con eso, la verdad que la extrañaba mucho y no se había medido en sus emociones.
Ese mediodía Jos y La beba comerían con él para celebrar su día, así que dejo a un lado su celular olvidándose de todo y se dedico a disfrutar su día con sus hijos.
Después de toda una maravillosa tarde donde había abierto regalos, cartas y recibido mucho cariño por parte de las dos personas que más amaba en el mundo, los llevo de vuelta a la casa de Lucero porque se estaba haciendo de noche y tenían actividades al día siguiente.
Al llegar la casa estaba en oscuras, muy raro, siempre solía estar muy iluminada, entraron y no había nadie, el servicio se había retirado para su casa apartada y su mamá no estaba, en la mesa de la entrada junto al teléfono había una nota de Lucero diciendo

Jos – Beba: Antonio los va a pasar a buscar, él los llevara al colegio mañana. Yo me voy unos días de viaje, necesito escribir unas canciones, mañana los llamo. 

Los amo. Mami.



Primero los sorprendió la actitud tan repentina de Lu pero después entre los preparativos para el inicio de semana, se fueron olvidando del tema pero Manuel no, el seguía pensando en donde podría estar su amada, mientras les hacía compañía a sus hijos hasta que llegará su ex cuñado. Después de pensar tanto llego a la conclusión de dos lugares, estaba con su novio o estaba en su casa vieja de Acapulco, ella siempre se refugiaba ahí cuando algo la abrumaba, cuando la presión del trabajo era demasiada, recordaba que ella se iba y a las horas lo llamaba suplicando su compañía. Aprovecho que Toño aún no llegaba para pedirle a Jos que llamara al novio de su madre para preguntarle si sabía algo de ella, como él suponía, Michel le dijo que desde anoche no la veía y que sabía que estaría fuera del D.F por un par de días, nada más. Así una de sus opciones quedo descartada.
Al llegar a su casa después de despedir a los niños, puso dos mudas en un bolso, tomo una campera del closet, llamo a un amigo que le prestara su avión privado, ya no llegaba al último vuelo del día.
Lucero había pasado toda la tarde en la terraza de la casa, tomando sol y leyendo un libro, pero realmente su mente no estaba en la historia, solo retumbaba el “Yo Si Te Amo como el día que nos casamos”. Maldito Manuel, ya había formado una vida sin él y todavía seguía desestabilizando sus sentimientos.
Era casi las dos de la mañana, la señora que cuidaba la casa ya se había retirado a dormir, dejándole la comida en la mesa, no la había tocado estaba sin apetito, busco agua y se fue a acostar. El calor en esa zona no descendía ni a mitad de la noche, las ventanas abiertas permitían que el bramido del mar rompiera el silencio de toda la casa, con un camisón ligero de seda blanco estaba tirada en la cama, releyendo el mensaje hasta quedarse dormida.
Manuel, abrió con su llave, tanto la conocía que estaba seguro que no había modificado nada de esa casa, era el refugio de ella, el mundo se podría estar cayendo pero no dejaría ir ese lugar, él conocía perfectamente a la Lucero del mundo, la artista, la que podía con todo y la Lucero frágil, necesitada de cuidado, vulnerable, que se despertaba cuando ella estaba en ese lugar.

Despacio, evitando el crujido del piso de madera, la busco en su habitación, el viento con aroma a sal que llegaba de la orilla, le embriago la nariz, bajo una luz tenue del velador vio a través de las cortinas blancas que rodeaban la cama a su adorada, que parecía una socia griega en su aposento profundamente dormida. Se acerco cuidadosamente y vio el celular al lado, la curiosidad lo venció, estaba el mensaje de él y la respuesta sin enviar de ella diciendo: “No puedo negártelo más, Te amo y Te necesito”. El corazón de Manuel dio un vuelco, parecía que ella lo había llamado con el pensamiento. Dejo el celular en la mesa de luz, se arrodillo al lado de ella y comenzó a hablarle al oído, a hacerle cariño por su pelo que luego descendió a su cuerpo, movido por el deseo acerco sus labios dulcemente a los de ella y la besó. Lucero se despertó asustada, medio dormida no reconoció a quien tenía en frente. –Manuel, me asustaste. ¿Qué haces acá? Ándate (le dijo enojada) –No me voy a ir hasta que ir hasta que me jures que lo que me ibas a enviar en ese mensaje no es cierto (señalando el celular). –Con qué derecho me tomas mi celular. –Con el derecho de que eres la mujer de mi vida, con ese derecho. La tomo por el abrazo con fuerza, la atrajo a él y sin más la beso. Ella lo corrió, y se levanto, con la cama de por medio le dijo –salí de mi casa, ya no tienes derecho a meterte cuando a vos se te pegue la gana, ya no es como antes, ya no te necesito-. Manuel parecía un gato en celo, con paso lento se acercaba a ella mientras ella retrocedía, eso había comenzado a asustarla, nunca lo había visto así. El corazón se le detuvo al sentir la pared detrás de ella, no tenía donde salir, Manuel con dos pasos largos llego a ella, le paso la mano por su mentón, Lucero seguía enojada, le corría la cara pero en el fondo cada contacto de él debilitaba sus piernas y la hacía temblar. Despacio se acercó a su cuello y comenzó a besarlo, el perfume que desprendía la embriago y no pudo resistir más a sus encantos. Con voz dulce y seductora le dijo –Spaw, Te amo- y lo beso, fue un beso tímido sin estar completamente convencida de lo que estaba haciendo, pero Manuel lo transformo en fogoso y apasionado, entre beso y gemidos, le subió las piernas hasta su cintura y la llevó hasta la cama. Desde la punta del píe fue subiendo su mano recorriendo toda su sexy y torneada pierna, hasta por debajo de su camisón, lentamente se lo quito besando por cada lugar que iba descubriendo, ella hizo lo mismo con él, los dos desnudos solo se dedicaron a observarse y recorrerse con besos, esos lugares que tanto conocían pero hace mucho tiempo no visitaban, ella le besaba cada marca que solo eran de él y Manuel beso cada peca de su pecho y su espalda, Lucero ahogo un gemido de éxtasis.
Solo una mirada le basto a Manuel para saber que ya era el momento, la penetro con cuidado como si fuera su primera vez, parecían dos adolescentes que recién se conocían, con los labios Lucero dibujo un “Te amo” sobre su boca, y se entrego por completo a su amado. El vaivén de sus cuerpos cobro ritmo, el sudor de sus cuerpos por el calor del lugar los unía y el silencio se rompió ante sus gritos al llegar orgasmo. Sus cuerpos agitados, cansados tendidos en la cama que solo los cubría la brisa de la marea, se habían amado como los viejos tiempos. Con la cabeza recostada en el pecho de Manuel jugando con su pelo, quedo dormida con la seguridad que estaba en los brazos del hombre que verdaderamente amo toda su vida.

miércoles, 19 de junio de 2013


Un capitulo Especial II

Esta 'separación' Solo hacia que se extrañaran mas...
Cada uno recordaba desde lo mas sencillo... tierno,cariñoso y lindo...
hasta lo mas ,Apasionado... mmmm! Si como lo iban a olvidar...
si Tantos lugares, y tantas ''cosas'' fueron testigos de esos Días y esas Noches
donde derrochaban pasión... como por ejemplo...

Esa mañana en el estudio de Manuel...
Lu: Manuel...y los Niños? desde hace rato los ando buscando!!
Manu: *Lucerito pero queeee guapa estas* Emmm.. si Lucero están en la terraza
jugando, pues ayer que vinieron en la tarde nos pusimos a ver
pelis y en la noche igual... hasta que se durmieron.

Manuel no dejaba de hacerle un scanner con la vista de pies a cabeza
pues... si 'su' lucerito cada dia se ponia mas bue..... mas Hermosa!



y ella.. ella no se quedaba atrás pues lo seguía viendo tan atractivo
con esa barbita, que ella misma deseaba besar... uf!
Ella con un Jeans ajustado.. y una blusa ajustada al cuerpo
y el con un pantalón de mezclilla y una camiseta blanca y sus
colochitos mojados por que recién se habia dado una ducha.

Manu: Que es esta electricidad que siento cada vez que estamos juntos? tu sabes?
Lu: No se que sea, pero me pasa lo mismo... (What? que acabo de decir?)
Manu: Lucero ven... (Manuel seguía sentando en su Enorme silla atrás de ese enorme escritorio)

Ella parecía... un mosquito atraído por la Luzzzz! Wow!
caminaba en automático... hacia su Spaw? claro el Siempre seria su Spaw!

Cuando ella estaba en frente de el... Manu se puso de pie y se fue acercando a ella...
Lucero pensó que la iba a besar! como quería que la besara!!
era algo que no podía controlar... Pero bueno... el se paso hasta su Oído
y le susurro:

'Cada dia, estas Mas bella... Mi Lindis'
Ella solo cerro los ojos... cuando sintió a Manuel
besarle atrás de su oreja en ese momento sintió un escalofrió...
Manuel se detuvo... camino rápido a la puerta y le puso seguro desde ahi
ella lo vio a los ojos... Esas miradas llenas de deseo eran únicas.

Manuel llego hacia ella... y la beso con pasión...
de esa pasión que tienes acumulada desde hace tiempo... junto
con el deseo y el Amor? ... si Amor!



Esta de mas decir que la ropa sobro en ese momento... cuando el
le quito la ultima prenda a su reina...
y ella la ultima a su rey... como algo Natural... se miraron
esas pupilas dilatadas de ambos... valgame!! Solo con esas miradas
sabían que iban a sacar chispas!!

El la cargo un momento... ella enredo sus piernas a su torso...y sus manos al cuello
de el... Manuel la pego a la pared... y se deslizo... dentro de su adorada
ella dejo escapar un gemido... y empezaron las deliciosas embestidas...
en ese momento se olvidaron del mundo entero... Solo eran ellos 2 y nadie mas.

Pasaron unos minutos... y llegaron a un Orgasmo, uno de los mejores que habian tenido
y No les basto!!!... Manuel la puso en su escritorio... ella se acostó por completo...
el camino entre sus hermosas piernas, y quiso hacerla disfrutar.... empezó a dejar besos
desde sus pies, pasando por sus piernas, muslos... Muuy cerca de ahí. Pero siguió por su vientre... con sus
manos tomaba sus pechos, ella estaba en el paraíso... disfrutando de estas deliciosas caricias. El paso sus manos a hasta las manos de ella... cuando el estuvo en sus labios... le dio un beso chiquito la miro a los ojos
se sonrieron, entrelazaron sus dedos... y se unieron en cuerpo
y alma... Ese vaivén empezó, era como si sus cuerpos encajaran perfectos... ella movía las caderas
para encontrarse con el... esas embestidas que les estaba dando un placer inimaginable...


Todo tiene un comienzo y un final... y vaya que ese si era EL final...
se abandonaron en un orgasmo que los dejo temblando... ella abrazada a el... y el
besando-le todita su cara... ESA MIRADA, ESE BESO Y ESE 'SIEMPRE TE VOY A AMAR' al unisono...
Sellaron
esa entrega.
Mi amor siempre lo tendrás III

Era una tarde de domingo, Renata se había ido al centro-comercial, y Manuel había quedado solo en la casa. Los niños, Lucerito y José Manuel, estaban de vacaciones con su abuela. 

Lucero, bajaba de su auto, cuando vio que Manuel regaba unas rosas del jardín delantero de su casa. --Manuel, he intentado de mil maneras, hablar contigo, por favor, dame la oportunidad de explicarte muchas cosas, no me evadas, por favor-- le decía suplicándole. --Qué me vas explicar? Qué me cambiaste por ese hombre que decía ser mi amigo, que te revolcaste con él, en la misma cama donde tú y yo hicimos el amor muchas veces, dónde te ame cada noche y recorrí todo tu cuerpo? Eso me vas a decir? Por qué insistís en hacerme daño, por qué Lucero-- decía Manuel, entrecortando su voz, por el profundo dolor que sentía su corazón. --No digas más Manuel, tus palabras me hacen daño, maltratan mi triste y arrepentido corazón-- replicó Lucero, mientras las lágrimas le recorrían el rostro.

Era una escena muy triste, y aunque ellos trataban de resistirse, solo querían que esa pesadilla acabara. Mientras ellos hablaban, un carro se estacionó frente a la casa de Lucero. Era el fastidioso "amigo" de Manuel, con quien Lucero lo había traicionado.

--Mi querida Lucero, vine a verte porque tenemos que hablar de algo muy importante-- saludó Michaell, mientras le daba un beso de pico a Lucero, frente a la mirada atónita de Manuel. Ella no dijo nada, se limitó a ver la reacción de Manuel, quien muy indignado les dijo --Por mi no se preocupen, eh! Seguiré regando mis plantas, ya que ellas merecen más atención y amor que un par de traidores-- Y se fue muy furioso para adentro de su casa. 

Lucero, le dijo muy enojada a Michaell --Qué te pasa, por qué me saludas de esa manera, la última vez que nos vimos te dije que NO quería verte en toda mi existencia, porque vienes a buscarme, aléjate de mi, que tu sola presencia me causa daño-- Michaell, quería converncerla en que tuvieran una relación más formal, e incluso había llegado con un anillo de matrimonio, pues quería convertirla en la señora de Kuri. Vaya atrevimiento el del pelón, no?

Cuando Lucero escuchó la absurda petición del desabrido hombre, no pudo contener la risa y soltó una carcajada, desde lo más profundo de su ser. --Es que no puedo creer lo desfachatado que eres, cómo pudo cruzar por tu cabeza la idea de que yo quiera ser tu esposa? Ya te dije que NO te amo, NO quiero casarme contigo-- respondió, mientras que Michaell la miraba de una manera extraña --Pero cómo dices que no me amas si la otra noche me hiciste el amo...--Lucero no lo dejó terminar e intervino diciendo --un momento, quien me hizo el amor fuiste tú, porque mientras tú me besabas yo pensaba en Manuel, porque yo nunca he amado a otro hombre  que no se llame Manuel Mijares Morán, grábatelo por Dios-- Michaell quedó abatido por aquellas palabras acusadoras de Lucero, tanto así que le dijo --Lucero, nunca pensé escuchar eso de tus labios, pero creo que estamos a tiempo de que te retractes y hagamos una vida juntos-- Lucero no resistió más la "incredulidad" de aquel hombre y le puso las manos sobre el rostro y mirándolo fijamente a los ojos le dijo: 

Michael, sos un hombre excelente, cualquier mujer estaría deseosa de ser tu esposa, pero lamentablemente yo no, quiero que entiendas que amo y amare por la eternidad a Manuel, no quiero lastimarte más, y por lo de la otra noche, es mejor que lo olvides, porque para mi, eso nunca sucedió-- Michaell dejó caer una lágrima sobre su rostro, y solo dijo --Gracias por haberme echo feliz, aunque sea esa noche, que para ti, nunca sucedió-- le dio un beso en las manos a Lucero y se marchó.

La adorada se sentía liberada, y estaba segura que Manuel tendría que escucharla y perdonarla de una vez por todas. Fue en busca de su amor eterno, más no podía creer lo que sus ojos vieron cuando abrió la puerta. Manuel Mijares había escuchado toda la conversación, y era ahora él era quien imploraba por los besos apasionado de Lucero.

Lucero: Manuel, qué haces aquí, tú...Manuel no la dejó terminar y la tomó entre sus brazos y le dio un beso muy apasionado, la cargó entre sus brazos y la llevó hasta el sofá de la sala. No decían palabra alguna, solo respondían a los estímulos y la necesidad de sus cuerpos. 

Lucero abajo del cuerpo de Manuel, solo sentía como la fuerza del cuerpo de su amado, le oprimía su delicado cuerpo, y una fuerza que nacía bajo sus piernas la hacían excitarse cada vez que Manuel recorría con sus manos las torneadas piernas que la caracterizaban. 

Manuel no dejaba de replicar "discúlpame, por todo lo que te dije" Lucero no hablaba, solo quería seguir besando los labios y barba perfecta del Mijares. En el vaivén de sus cuerpos y los aceites naturales que despedía la vagina extasiada de Lu, Manuel se perdía por las curvas de la carretera perfecta del cuerpo de Lucero. 

La erección fue incontrolable, es algo natural, pues el pene de Manuel, acostumbrado solo a entrar en aquel "túnel" muy reconocido, donde al parecer le gustaba descansar y posarse, mientras Lucero dejaba salir de su boca profundos suspiros. 

El reloj marcaba las 9pm. Los amantes habían quedado con mucha hambre, pues no era para menos después de la rutina de "ejercicios" de casi 3 horas. Lucero se fue a preparar algo de comer. Vestía la camisa mangas largas, celeste, de Manuel, la favorita de este por cierto, y por debajo? Pues ahí no llevaba nada.  Entre cada bocado de comida se daban un beso, a veces compartían pequeños mordiscos de frutas. Lucero sonreía como solo ella sabe hacerlo, y Manuel le restregaba su barba sobre su rostro. 

Acabaron viendo una película romántica "Cuando Harry encontró a Sally". Mientras la cinta corría, los besos y caricias de aquellos dos eran incontrolables, empezarían la aventura nuevamente, cuando el sonido del -Toc, Toc- de la puerta. --Esperas a alguien, mi lindis-- dijo Manuel, --No tengo idea de quién pueda ser, pero no quiero que abras, ven, abrázame mi amor-- Pero Manuel insistió en abrir.

Era Renata, la desabrida mujer que intentaba llamar la atención del soldado del amor. Pero ella vio que Manuel estaba en calzoncillos y sin camisa, y dentro de la casa de Lucero, lo demás se lo dejó a la imaginación. Indignada no dijo ni media palabra y se fue a casa de Manuel a recoger sus cosas.

--Quién era Manuel?-- preguntó Lucero, --No era nadie, mi amor, hoy nadie nos arruinará nuestra reconciliación, quiero amarte hoy, mañana y siempre-- sellando esta frase con un beso francés, Manuel le respondió. Pero fue ella quién acabó diciendo --Yo quiero pedirte...No! Te exijo a que regreses a mi casa, a mi cuarto, a mi vida-- Sonrió picaramente la adorada.

Ya han pasado 3 meses desde que Manuel regreso a casa de Lucero, los niños están contentos de poder tener a su padre en casa, nuevamente. Y Lucero, pues que decir de ella, que todas las noches disfruta ver dormir a Manuel entre medio de tantas almohadas (5 para ser exactas). Es el tercer domingo del mes de junio, una fecha especial para Manuel, Por qué? les tocará investigar, los niños obsequiaron a su padre un par de corbatas y un libro, y Lucero? Pues ella le dio en una cajita, una prueba farmacéutica de regalo, donde se aseguraba que un "niño" o "niña" estaba por llegar a la familia de los #MijaresHogazarocks.



To Be Continue...A eso ya no vaaa!!! END. 

martes, 18 de junio de 2013


Una tarde..







Lucero se encontraba en Acapulco disfrutando de unas merecidas vacaciones con sus hijos... pasaron un día maravilloso, cayo la noche los niños y ella cenaron para después llevarlos a la cama.. el susto de su vida se llevo al ver a Manuel sentado... Esperándola? No sabia...

Lucero: Manuel que haces aquí?
Manuel: me entere que venias de vacaciones por acá...
Lucero: y?
Manuel: ammm nada, solo quería ver a los niños!
Lucero: acabo de llevarlos a la cama.

En el momento de ese pequeño dialogo se tornó un ambiente tan extraño.A los dos les recorría una electricidad por todo el cuerpo al verse uno al otro. Lucero traía puesto una faldita y una camisola de tiras con sus rulos sueltos..

Manuel: de igual manera (él la recorría con la mirada de arriba hacia abajo)  iré a darles un beso tengo tiempo sin verlos
Lucero: Sí... está bien.

Ella sintió su mirada y le dio un no sé que en todo el cuerpo. Estaba tan cansada que se quedó en el sofá dormida.

Manuel bajo y "zumbale"!! La Miró toda inocente y sexy... tan sexy dormida que no pudo contenerse y fue hacia ella. Se puso en cuclillas y le dio un besito en sus labios! Lucero se despertó de una!!

Lucero: Manuel?? Que haces??
Manuel: perdón, perdón, Lucerito es que te vi y... (otra vez la recorrió de pies a cabeza con la mirada) ... no pude contenerme

Ella quedó en silencio al ver como él se acercaba cada vez más... Diooos! Como deseaba besar esos labios otra vez!! Dejó de pensar cuando sintió los labios de él en los suyos... fue un beso lento... y sensual... ella abrió sus labios para darle entrada a la lengua de su amado.

No pensaron en más. De pronto él se sentó en el sofá con Lucero a horcajadas, ella lo tomaba del rostro con sus dos manos y él pasaba sus manos en su espalda y sus pompas. Ella comenzando a excitarse.

Empezó a hacer movimientos sensuales haciendo que el 'amigo' de Manuel comenzara a despertarse. Lucero empezó a quitarle la playera y él a subir la camisola de lucero. Ella no traía bra así que comenzó a deleitarse de los pechos de su adorada

Ella empezó a soltar gemidos y con el poco auto-control que les quedaba ella desabrochó el pantalón de manuel. En un abrir y cerrar de ojos estaban desnudos. En la misma posición, se miraron fijamente unos segundos y se sonrieron de la manera mas tierna.

Llegó el momento en que Manuel la penetro, y de la boca de Lucero se escapó un suspiro...comenzó el vaivén de dos cuerpos que encajaban perfecto el uno con el otro. Gemían de placer,  ella con sus manos en el respaldar del sillón agarrándose con fuerza subiendo y bajando; Manuel la sostenía de las caderas besando sus pechos... y entre gemidos... sudor... palabras no tan decente, pero con cariño.. llegaron al Máximo punto del placer.. al mismo tiempo.

Sellaron su 'noche' con un beso ... y una mirada completamente llena de amor.

END
Mi amor siempre lo tendrás II



Después de aquella fatídica noche, donde Lucero como la más vil traidora había acabado con los sentimientos y el corazón de Manuel, las horas se hacían eternas, para los dos protagonistas de esta historia.

El reloj marcaba las 2pm, Manuel aun no almorzaba, pues qué apetito podría tener después de haberse embriagado toda la noche, estaba como hipnotizado, sobre el sillón de la sala de su casa. No podía sacar de  su cabeza la imagen ruidosa de Michaell y Lucero, juntos en la cama (aunque no logró verlo, pero si se lo imaginaba). Le costaba trabajo creer que su "lindis" la dueña de aquellos perfectos pechos que él besaba con veneración, la de la sonrisa perfecta, la de piernas maravillosas, ella, justo ella, había dejado que un hombre extraño y ajeno recorriera todo su cuerpo...un momento! No era un hombre extraño, era el que fue su amigo por muchos años. Esto le dolía aún más.

--Toc, toc-- un ruido muy juicioso se escuchó detrás de la puerta. Mijares suspendió sus pensamientos y fue abrir la puerta. --Hola guapo, cómo estás-- le dijo su amiga Renata, quien venía con 4 maletas, --Renata *contestó con voz alegre* No esperaba verte por acá-- Pues ya ves, siempre es bueno visitar a los viejos amigos, mi adorado, Manuel-- terminó susurrándole al oído.

Renata venía a quedarse, había pasado una temporada en España, y decidió volver a México, para establecerse de una vez por todas. --Perdón por haber venido sin aviso, pero mi viaje fue repentino, y quería preguntarte si puedo quedarme un par de días en tu casa--dijo la mujer, haciendo un intento por hablar como andaluza. Mijares no sabía que responder, pero terminó aceptando.

Esa tarde sirvió para que Manuel y Renata conversaran sobre sus vidas. Él le contó de su divorcio con Lucero, y ella le confesó que nunca se casó por temor a fracasar, pero sí aceptó que seguía enamorada de un viejo amor. 

Ya el sol empezaba a ocultarse, y Lucero estaba impaciente, la embargaban los pensamientos malos. Tenía ganas de salir corriendo donde su "spaw", para poder explicarle las cosas y que la perdonara, pero al mismo tiempo sentía temor, tenía el presentimiento de que Manuel, la rechazara. Estaba triste, sollozaba. De aquel rostro angelical y sonrisa perfecta, solo quedaban recuerdos. Estaba desecha. 

Los niños habían llegado, y en cuanto vieron a su mamí, le preguntaron que por qué estaba así, ella no supo que responder, solo los abrazó y les dijo "Mis amores, los amo con todo el corazón, eso nunca lo olviden". Los niños sonrieron y le dieron un beso y abrazo, respectivamente. José Manuel, que suele ser el más consentidor, le dijo a su mamá --Mamí, nunca te lo he dicho, pero te amo-- Esas palabras sirvieron de mucho consuelo para ella, quien lo tomó en sus brazos y le dio un fuerte abrazo. Lucerito, por su parte, había pedido permiso para ir a casa de su papí.   

--Mi reyna, al fin llegaste-- gritó muy emocionado Manuel, mientras Lucerito corría a abrazarlo. Estaba muy emocionado de ver a su hija. --Y ella quién es, papá-- preguntó extrañada la pequeña, cuando vio que Renata bajaba en toalla, por las escaleras. --ella, es una amiga de papá, que vino a quedarse por unos días--    A la niña le pareció extraño, pero se limitó a decir palabras y apresuradamente le dijo a su padre que se iba, porque tenía mucho sueño. Era obvio que la presencia de aquella aspirante a española, la había inquietado.

Cuando llegó a casa, no tardó en decirle a Lucero, que en casa de su papí había visto a una mujer. La adorada, sintió que esas palabras que salían de la boca de la pequeña, eran gotas de ácido que marcaban su cara. --Me cambió, por otra, y aun así me reclama, es un....--dijo para si.

Esa noche, fue otra fatídica, para Lucero, trataba de imaginar quien era la mujer de la casa de su ex, quería adivinar el motivo de la visita, pero solo se le ocurría, que podía ser una amante de Manuel. Que poca imaginación la de Lucero, no?

A la mañana siguiente, Lucero salió muy temprano a caminar, Manuel había hecho lo mismo. a un par de cuadras, se habían encontrado, y Lucero no dudó en decirle --Así que tienes a una "amiguita" *en voz sarcástica* en tu casa, vaya!! Qué rápido curas tu corazón, mi adorado spaw". Manuel le respondió muy seguro --Pues, si, es una amiga, que vino a quedarse un par de días a la casa, con la diferencia de que yo, jamás la metería en mi cama, porque sé respetar la lealtad entre los amigos-- Aquellas palabras terminaron por herir la poca fortaleza que le quedaba a Lucero. Que tengas buen día "lindis" le respondió devolviendole el sarcasmo.

Esa mañana, Renata había preparado el desayuno para Mijares. Aunque él lo ignoraba, ella estaba dispuesta a conquistar el corazón del soldado del amor. Cuando Lucero iba entrando a la puerta de su casa, se encontró con la visita de Manuel, quien le dijo --Así que tú eres Lucero, No pensé que fueras tan....*la recorrió con la mirada de pies a cabeza*-- Perdón!? Quién es usted, es alguna fans que quiere un autógrafo, porque si es así, le digo que ahorita no estoy para atender a nadie-- respondió Lucero. --No, Lucero, no soy una fans, ni deseo serlo, soy Renata la huésped de Manuel-- dijo la mujer. Lucero se sorprendió y extrañada, levantó una ceja.

Renata era una mujer desabrida, sin gracia, y sin belleza natural, pues poseía unos pechos probablemente operados y unas piernas muy normales. A diferencia de Lucero que es...bueno, ya saben ustedes como es ella.

Manuel había visto que las mujeres hablaban, y se dirigió hacia ellas, --Renata qué haces acá-- le dijo extrañado, --solo salí a tomar un poco de aire, y me encontré con tu ex-mujer-- respondió. Lucero sin despedirse, entró a la casa y les cerró la puerta casi en la cara.

La llegada de Renata, la traición de Lucero, el enojo de Mijares y el acoso de Michaell, terminarán por complicar la situación o una posible "reconciliación" entre el lindis y el spaw.

To be continue...

lunes, 17 de junio de 2013

Mi amor siempre lo tendrás



Una tarde de primavera, cuando las hojas de los árboles empiezan a nacer, y el paisaje se torna agradable para ir de picnic o para ir de paseo con los niños por los verdes campos de México. Era una tarde perfecta. Lucero había quedado de salir con los niños, Lucerito y Manuel, pero a última hora ellos se fueron de paseo con su tío Toño. Se habia quedado sola en casa.

Leía, 50 sombras de Grey, en la terraza de su casa, en cada prosa y frase que recorría, pensaba en su amado Manuel. Estaba desbordada en su libro cuando un toque en la puerta la sacó de su sueño. Se secó el sudor de su rostro con las manos y abrió la puerta.---Tú? Qué haces aquí? No avisaste de tu venida! dijo sorprendida. Una voz muy masculina y grotesca respondíó --Perdón, de repente sentí ganas de verte, pero si te molesta me puedo ir-- Lucero se sintió apenada, pues no quería herir aquel extraño que había llegado.

Quieres algo de tomar? Le dijo Lu, una copa de vino, respondió el hombre. Ella se la sirvió y como de la nada, aquel hombre dijo --Brindo por tu maravillosa sonrisa-- Ella se sonrojó, pero no dijo "salud".

Se sentaron en la terraza, para platicar, el extraño dejaba salir de su boca puros halagos para la adorada, pero ella se mostraba impaciente, como si algo la molestara. De vez en cuando, en la amena conversación, aludía que estaba cansada, simples pretextos para que él se fuera y la dejara sola. 

El reloj de la sala marcaba las 7pm, y el hombre de la voz masculina y grotesca dijo de improvisto--Hoy quiero dormir contigo, hace tiempo que no lo hago, y tomando en cuenta que los niños no están, pues....--pero Lucero habló apresuradamente--No, no creo que puedas hacerlo hoy--refutaba la voz temblorosa de Lucero.

Al parecer el extraño aquel se enojó por la respuesta de ella, y decidió irse. Cuando Lucero lo despedía en la puerta el la tomó por sorpresa, y comenzó a besarla muy apasionado, tanto fue que la llevó hasta su dormitorio, donde ella sin mediar palabra, con el extraño, solo se dejó llevar por los besos y caricias desenfrenadas de aquel intruso. El momento del éxtasis llegó a su punto más alto, y mientras el misterioso pero apasionado hombre la penetraba, ella inclinó su cabeza hacia atrás y logró ver una fotografía sobre el buró de su cama. Aquel recuerdo era de la boda de ella y Manuel. Como reacción culpable, tumbó la foto, dejándola hacia abajo. 

El misterioso no dejaba de besarla y susurrarle al oído palabras dulces y desenfrenadas a la vez. Ella ya no estaba con todas las ganas del principio, se sentía intimidada por al fotografía y como de la nada, gritó y le dijo--Ya!! quítate que me haces daño-- aquél atónito, no podía creer que Lucerito, lo dejara así...

Bajó de la cama y se estaba vistiendo, cuando de repente escuchó que alguien cantaba por la ventana, ella se sorprendió muchísimo, no podía creer lo que escuchaba. El misterioso le dijo--a quién le habrán traído serentara?-- Ella sabía que esa voz la conocía y se le hacia familiar, pero se limitó a responder, y se apresuró a vestirse, para asomarse por la ventana.

entre abrió la cortina de la ventana que daba a la calle de su casa, y logró ver que aquél que cantaba era su amado Mijares. El flamante cantante no dejaba de verla, pero al ver que ella no bajaba a recibirlo, sospechó que algo pasaba. Iba a empezar a cantarle "4 veces amor" cuando vio que detrás de Lucerito, se posaba una figura masculina, que él reconocía a la perfección. 

Lucero no pudo detener al misterioso hombre de barba y cabeza rapada. Manuel dijo a los charros--Alto!, Ahora ya no será esa la canción, le dejaremos ir a ella, "Sé que piensas en mi"-- 

Cada palabra de aquella canción, destrozaba el corazón de Lucero, y Mijares mientras cantaba dejaba salir una lágrima por su rostro.

conozco todas tus posturas
 en ocasiones oportunas
 y cuando le haces el amor
 volteas mi foto de tu velador....



Cuando la canción llegó a esta parte, Lucero recordó el momento en que Michaell, la penetraba y los ojos acusadores de Manuel, en la fotografía. 

Antes de irse, Manuel le gritó desde abajo --Pensé que me amabas, pero ahora veo que viví en una mentira toda la vida, maldita asesina de mi corazón--. Aquellas palabras calaron el corazón de Lucero, quien no paraba de llorar, pero Michaell la consolaba, diciendole --No entiendo porque lloras por ese miserable que no vale nada, él solo quiere que tú andes detrás de él--.

Pero Lucero no estaba para escuchar reproches en ese momento y le grito muy fuerte --Cállate y lárgate de mi vida, eres el culpable de que Manuel se haya ido de esa manera, es más no sé ni porque me acosté con vos, porque al único que amo es a Manuel Mijares, grabatelo en la mente--.

No lo dejó hablar y lo corrió de su casa. Lucero quedó desecha, lloraba sin poder parar, se sentía sucia y culpable. Mijares por su parte se fue a su casa y tomó mucho hasta quedar totalmente embriagado.

Lucero, no había dormido en toda la noche, los ojos los traía inflamados de tanto llorar, mientras tanto Manuel, ya había salido a caminar, pues trataba de olvidar que su amada Lucero, lo había traicionado con el que decía ser su amigo!!!

To Be Continue... 


domingo, 9 de junio de 2013



Perdóname








Era el cumpleaños de un amigo en común entre Lu y Manuel, como desde que se separaron les preguntaban quien iría cada año, porque no les gustaba encontrarse, para su gran sorpresa ese año los dos le dijeron que irían y que nos les molestaba verse. 


Jorge se imagino que eran porque ya habían dejado de lado sus diferencia y se comunicaban mejor como amigos, ni le ocurrió que estos dos tórtolos no abandonaron su pasión y que noche a noche esfumaban los 20 pasos de distancia para amarse sin temores. 


Lu llego con su hermano a la fiesta, luego de saludar a todo mundo, descubriendo que Manuel aun no llegaba se fue con sus amigas, mientras Toño ya con copa en mano se juntaba con un grupo de hombres apartados que hablaban de fútbol. 


Distendía Lu con aire jovial conversaba de su nuevo disco, de sus hijos, con carcajadas de por medio pero con un ojo siempre pendiente de la entrada esperando que llegue su hombre, el que de vez en vez checaba su celular por si algún mensaje fuera de lo normal llegaba.


En medio de la charla ve entrar a Manuel, con un jean ajustado al cuerpo, camisa a rayas con los primeros botones desprendidos y sus rulos un poco mojados. El corazón le comenzó a latir mas fuerte, su voz se corto, algo entre adrenalina y deseo se le metió en el cuerpo, desbordandola por sentir a su amado cerca y verlo tan sexy.


El con un abrazo saludo a su amigo y una felicitación con gran euforia, luego de saludar a todos los amigos lentamente se dirigió a esa ronda de mujeres donde estaba Lu. Con un beso en la mejilla mas lago que al resto le dijo un simple hola. Ella algo aturdida cuando le quiso responder cayo en cuenta que ya no estaba, giro la cabeza y estaba sentando en el sillón con copa en mano y rodeados de su amigos de toda la vida.


Lu seguía con la mirada perdida en el horizonte, sus amigas la volvieron a la realidad pregutandole si estaba bien, ella pronuncio un si casi inaudible y se levanto al baño. A pesar de que Manuel había presentado indiferencia con su presencia percibió que ella ya no estaba en la sala, disculpándose de sus amigos salio a buscarla.


La casa era grande y como la conocían de siempre, Lu prefirió ir al baño que estaba junto a las habitación, algo mas alejado del baño de la sala, porque sus monólogos frente a la espejo consultando sus dudas sin sentido sobre su estado con Manuel no quería que nadie lo escuchara.


Manuel fue al baño mas cercano y se sintió un ocupado de adentro, pero enseguida noto que esa voz no era de Lu, con paso acelerado se interno para llegar al otro baño, Lu sintió los pasos y no se movió para que no la descubrieran, pero con un falso movimiento la jabonera llego al piso, Manuel le golpeo la puerta y le dijo: Amor abrime ya se que estas adentro


Lentamente la puerta se abrió, Lu no estaba ni enoja ni feliz solo confundida y el lo notaba, que pasa? Amor dijo cerrando la puerta tras de si y tomando la cara de ella por las mejillas. -Nada- le respondió. -como que nada? Te conozco muy bien y se que algo sientes. - estoy confundida ya! Listo, no te diste cuenta que me dolió tu indiferencia cuando llegaste. -Amor perdóname pero no pensé que quisieras que te bese como hago todas las noches frente a tus amigas y que todos se enteren de que sigo amando como el primer día que me robaste un beso


Ella no supo que responder eso le había robado el corazón, el se sentó en el inodoro con la tapa abajo y arrastro a ella con el, la sentó con la piernas abiertas mirándolo a el sobre sus piernas. Mientras le decia -ya tranquila! Como vas a pensar que te olvide de la noche a la mañana, eres el ser que mas amo en toda esta vida y todas las que vendrán- con sus suaves manos le corrió el pelo del rostro para besarla lentamente, sus manos bajaron con dedos enredados en el cabello, por toda la espalda hasta llegar a su potito ahí la agarro y la pego mas a el, la beso nuevamente con osadía buscando penetrar su lengua en la boca de ella, pero ella se estaba haciendo desear o quería jugar un poco


Pero a pesar de eso, no se pudo resistir y poco a poco fue entregándose a esos besos, las manos de ella se enredaban en los rulos mojados de Manuel, se detuvo cuando siento la erección de Manuel debajo de ella, quiso levantarse pero el con sus brazos la rodeo y no la dejo escapar. -Manuel, no esto esta mal, todos deben saber que estamos acá.- -Amor que importa si nos escuchan, que mejor manera que se enteren que nos amamos (beso) con (otro beso) locura (y otro beso)- No ya vamonos le dijo pero le fue imposible a esa princisa escapar esa noche su príncipe estaba mas terco que una mula. Se olvido del mundo por un segundo, por la razon por su amor loco por ese hombre y se dejo llevar.


Besándose apasionados estaban, el manoseandole el trasero con sus manos traviesas y ella con delicadeza le quitaba la camisa, luego el lo hizo y también le quito el brassier para poder amasar sus pechos de los cuales se sentía completamente dueño, ella ya existada con los pezones endurecido tiro la cabeza hacia atrás cuando Manuel con la punta de la lengua lamió su pezón formando un circulo alrededor.


Con su manos le subió la pollera hasta la cintura y luego desprendió su pantalón bajándose un poco el boxer, su miembro erecto quedo al descubierto, con suavidad levanto a Lu y la penetro, la humedad de ella lo recibió perfecto, sus cuerpos se compenetraron y a su ritmo, el cuerpo de ella subía y bajaba por el miembro de Manuel, el la ayudaba con sus brazos, algo incómodos y desenfrenados Manuel le susurro a Lu que rodeara sus piernas al torso de el, la levanto y rastrando todo al suelo la sentó sobre el lavado, en esa posición el era el jefe y la haría llegar a las galaxias.


Las envestidas cobraron intensidad, sus gemidos que primero ahogaban en su garganta ahora los soltaban, se olvidaron del que dirán, y cuando llegaron al climax. Su orgasmo se sintió por toda la casa, pero en la sala se esfumo al perderse con la música, aunque todas se imaginaban nadie se atrevía a decir que hacían esos dos desde hace rato. El espejo empañado los dos exhaustos por esos asaltos de pasión que ninguno desde que regresaron supo controlar, con besos de a poco se fueron vistiendo, Lu acomodo su pelo que estaba todo alborotado, Manuel la ayudaba y salieron, su imagen no los delataba pero sus sonrisas ya no los dejo ocultar que su amor había vuelto y para no irse mas!

domingo, 28 de abril de 2013

El mensaje, Parte II

Lucero se había ido muy enojada, a casa, Manuel no pudo explicarle, pero tampoco fue tras ella. Se habia indignado con ella, debido a su desconfianza.

Cayó la noche, el cielo estaba estrellado y la luna llena, parecía un inmenso queso que se escondía en el horizonte. Lucero se había bañado en la tina, durante 3 horas. Manuel en su casa sentía como su cuerpo se calentaba de solo pensar en su amada Lucero. Sentado frente a la ventana de su casa, Manuel, recordaba las noches de pasión que había tenido con su amada. Una fuerte corriente le recorrió el cuerpo. Empezaba a orgasmarse de solo recordar cuando dejaba entrar su pene, sobre las piernas y vagina de su lindis.

No aguanto más. Se fue donde Lucero. Sabia que estaba enojada, por lo tanto estaba en su cuarto. Tan bien la conocía. Tocó despacio, ella se hizo la dormida, para no contestarle. Eso no pareció importarle, abrió la puerta y entró. Ella yacía en el cama, entre sábanas de seda blanca. 

El se acercó y le acarició la cabeza, y en voz caramelosa le decía --Ay mi adorada lindis, por qué tienes que dudar de mi, si sabes que mi corazón y mis ojos solo te conocen a ti-- Ella escuchaba todo, pero no respondía, seguía sin abrir los ojos. Él susurró a su oido --Me enloquece la idea de que me celas, te amo-- y  decidió irse.

No había caminado ni dos pasos, cuando ella le respondió --y a mi me enloqueces vos, con esa voz, ese amor, ese cuerpo....me volves loca Manuel Mijares de Hogaza-- y se dejó ir sobre los brazos de su soldado del amor.

Se dieron un beso apasionado. Ella le mordió la oreja y le dijo --quiero que hoy, no me hagas tuya, deseo que me destroces en la cama, soy tu esclava sexual--- Manuel sonrió picaramente y le respondió con un beso y un apretujón de nalgas.

La cargó y se lanzaron a la cama. Ella reía a carcajadas, mientras Manuel la besaba locamente. Empezaron con tiernas caricias, besos en el cuello, orejas, manos, y boca....esos besos, esos besos se fueron extendiendo a mordidas y apretujones.

Cuando ya Manuel empezaba a erectarse, cuando dijo --espera voy al baño-- ella se quedó con una cara de susto. Él fue al baño por unos aceites de almendras. 

Lucero esperaba impaciente en la cama. --fui por esto, para hacer la noche más deliciosa-- Ella se puso boca abajo sobre la cama, mientras él empezó a derramar aceite sobre los pies, al mismo tiempo que lamia, por donde caía la sustancia caliente.

Cuando derramó aceite por sus bubis, no tardo en dejarse amamantar como bebé de meses, y Lucero? Pues ella extasiada solo gritaba de tanto orgasmo que tenía.

De la nada, ella sacó una botella de chocolate liquido y le dijo --Ahora te toca a ti, ser mi esclavo sexual-- Manuel, no dudo ni dos veces, y le respondió --A tí, todo lo que quieras, soy tu más fiel esclavo, mi amor--

Ella hacía todo a la inversa. Primero mordía el cuerpo de él para luego dejar caer el chocolate, y finalmente lo chupaba. Asi llegó hasta el miembro al aire de Manuel, sonrió picara y mirandolo a los ojos le dijo --al fin llegué, al lugar que me pertenece-- Y él le dijo --no, no, nooooo--- y ella a carcajadas le derramo el chocolate sin dejarlo terminar de hablar.

Ella enloquecida, le empezó a dar una dosis de sexo oral, y él orgasmado le pedía más y más. Aquella escena parecía una pelicula xxx. Cualquiera que los viera, no los habría reconocido. Ellos no sentían vergüenza de amarse asi, pues su amor erra algo cristalino.

Las posiciones sexuales del kamasutra, habían desaparecido esa noche, pues Lucero se veía como una maestra del kamasutra del nuevo siglo XXI. Gritaban, se amaban, se besaban.....se amaban apasionadamente.

Terminaron cansados, sudorosos, pero amándose todavia, ella descansó sobre su pecho y le dijo --mi spaw, después de esta noche, no me queda más que perdonarte lo de hoy en la mañana-- se dieron un beso y durmieron esperando a que el sol les alumbrara la cara. 

El mensaje 







Es mañana habían despertado juntos en la cama, Manuel no había escapado como amante furtivo a la mitad de la noche, si no todo lo contrario, hechizados en un profundo sueño, durmieron juntos. El siguió recostado mientras Lu alistaba a los niños para el colegio, cuando Lu volvió al cuarto se metió en la cama un ratito más con el, la alarma sonó, se le estaba haciendo tarde para una junta, mientras el se arreglaba en el baño, Lu vio de reojo su celular en la mesa de luz, lo tomo y comenzó a leer lo mensajes, sabía que eso no estaba bien, que debía confiar en Manuel, pero algo más fuerte la impulsaba a hacerlo, un número le llamó la atención, no estaba agendado con un nombre y toda la conversación decía -te espero en el lugar de siempre- y un hora, una avalancha de pensamientos se le vino a la mente imaginando lo peor, una lágrima rodó en su mejilla, no le salía nada de la garganta, el imaginarse que ese número sea de una mujer que Manuel mantiene a sus espaldas le dolió mucho, dejo rápido el celular sin que el se de cuenta de que lo había tomado, y comenzó a vestirse; Manuel regresó, ella estaba casi lista, no le dijo nada pero averiguaría  por su cuenta que estaba pasando.
Salió velozmente detrás de El, lo siguió en su coche manteniendo una distancia prudente para que no la descubra, el misterioso "lugar de siempre"  era un hotel no muy lujoso de la zona rosa de la cuidad. La cabeza de Lu funcionaba a mil por hora, una mezcla de sentimientos encontrados. Vio a través del vidrio que en lobby una mujer lo besaba en la mejilla y subían juntos en ascensor. 
Ciega de la rabia, celos y dudas Lu se quedo a esperarlo, se sorprendió al ver que en un poco mas de media hora el ya estaba de salida, fue a su encuentro, los ojos grandes sorprendidos de Manuel se fijaron en ella -como me encontraste- dijo y ella - una mujer te cita con total familiaridad y vos crees que no voy a dudar de eso- -me seguiste! Porque estas desconfiando? No es lo que esta pensando! Que no te das cuenta que si volví era porque no quiero cometer más errores- -misterioso con una mujer en un hotel, como quieres que no desconfíe. Mira mejor después me "tratas" de explicar esto, cuando mis pensamientos estén en frío-. Se subió al auto y arrancó a toda velocidad. Manuel se quedo parado, anonadado sin poderla frenar. Había descubierto su visita a esa mujer, la diseñadora del anillo especial para ella. que llevaría de nombre LUCERO. 

jueves, 18 de abril de 2013


Una noche especial



En esta ocasión Manuel y Lucero estaban en un cuarto de hotel, quisieron darse un tiempo para ellos. Manuel va por el cuello de Luero lentamente, su respiración se vuelve un zumbido profundo. Tiernamente besa la barbilla de su amada y con gotitas de saliva besa sus labios, suavemente, muy suave. A veces dejaba de besarla para solo rosarcelos con la yema de los dedos. 

Manuel la miraba fijamente esperando que Lucero quedara sin respiración. En el momento menos esperado la tomó muy fuerte y se ahogó entre sus besos. Los labios de ambos se hicieron mermelada. Los labios de Lucero se derritieron en los de Manuel, se mezclaron, se acariciaron...se empezaron a conocer, y se apretaron entre si con una fuerza impresionante. 

La lengua de Lucero corría para tomar la de Manuel. Ella quiere devorarla, la abraza, la envuelve, la desespera hasta lograr que se entendieran entre si...se deseaban. 

Las mordidas suaves que ella le daba a su amado eran como señal para advertir algo, ella lo mordía con más fuerza. A Manuel le encantaba. Ambas respiraciones, ya casi escasas, y entrecortantes provocaban más el deseo de aquellos dos. Eso hacía que Manuel deseara más y más a Lucero. Se unieron en un beso profundo, lleno de deseos antiguos, que tanto querían salir para así morir de pasión. 

Después de aquel beso salvaje y cazador de pasiones. Manuel quedó con ganas de atar el cuerpo de su amada al suyo. Quería hacer tanto con aquel cuerpo perfecto, tanto de lo que nadie pudiera haberle hecho nunca antes. Le gustaba ver tan excitada a Lucero, tan fuera de si misma, con su cabello suelto y hermoso, que a la vez apretaba su espalda con unas manos delicadas y suaves.

A él le provocaba morderla y susurrarle al oído, cuanto había deseado tenerla así. Tan solo para él, así como él completo para ella. Le besó las orejas y acarició la cintura tan única de Lucero. Lo envolvía el deseo de verla agitada. Y el brasier que tanto estorbaba le incomodaba, se lo quitó y se sumergió entre sus pechos, tan hermosos y bellos.

Los acarició con su lengua, los sintió tan duros, tan firmes, le parecía mentira que aquellos eran de él, se los besaba con la lengua, haciendo pequeños círculos en su pezón, tan duro, pero tan suave a la vez, Manuel sentía como la piel de Lucero se erizaba cada vez más. Ella se sentía una diosa, débil y poderosa a la vez.

Lucero deseaba aquellas caricias, que no sabia por donde andaban, apretó a su amado contra su vientre. A ella le encantaba sentirse así. Los pechos de ella cada vez ansiaban los besos y caricias. Manuel los apretó con la yema de sus dedos, suave pero con temor, eso la excitó por completo. Ella sentía eso que no sabia que era, pero que la hacia sentirse dueña de aquel cuerpo que la recorría.  

Manuel mordía los pechos de ella de vez en cuando, los abrazaba y los mordía  Las piernas de Lucero se abrieron por si solas, pues no tenía control de ellas, se le erizó la piel, la energía que tenia en su cuello, le bajó hasta las piernas. Manuel se dejó amamantar por los pechos de Lucero. 

La respiración de ambos se acelera, la piel de Lucero se convirtió en algo débil y humectante, a Manuel eso lo enloquecía, recorrió con sus manos toda la cintura de ella. El soldado del amor, bajó con besos al abdomen y besó el ombligo que su amada no tenía. Acarició su vientre, pero regresaba a sus pechos, para chuparlos. Manuel se erectó y Lucero lo sintió entre su vientre y piernas. Lucero lo apretó contra sí.

Manuel dejó ir sus dedos sobre el calzón de su amada chispita, pues ahí ella escondía tanto néctar, el aroma a vida propia. Lucero inhalaba y exhalaba de tanto éxtasis que la embargaba.   

Él se vio envuelto entre la vulva de su amante, que en aquel instante estaba suave y húmeda. Acarició la parte interna de sus piernas, y a la misma vez, rozaba el venus tan bello de Lucero. Ella sentía vida, sol y lluvia, el escalofrió aumentó tanto que Lucero se asusta, pero definitivamente le encanta. 

Manuel empezó a besar los los labios de Lucero, pero esta vez no eran los de su boca, sino aquellos llenos de nectar, los acariciaba. Lucero ya no sabia que hacer. Atrevidamente el amante perfecto, acarició el clítoris, lo hizo suyo, como abeja en una flor.  

La lengua de Manuel por instinto besa el clítoris, lo soba y se le roba la vida. La lengua despistada nadó en toda la vida de ella, se ahoga y pide más y más sexo de Lucero. Besó sus piernas y toda la humedad. Lucero se puso salvaje, se levantó y lo tomó para posarse sobre las piernas de su adorado Manuelito.

Él vio sus pechos tan hermosos, los acarició, eso no le bastó a ella, entonces él los tomó con más fuerza, y los besó, después besó sus labio nuevamente, al momento que con sus manos frotaba su sexo delicadamente. Los aceites de Lucero van y vienen, parecen manantiales desbordados. 

Acarició el cuello de su amada, bajando nuevamente por la espalda. Luego ya ambos desnudos, tan radiantes y erizados, Manuel sintió la escencia de hembra y de mujer de su enloquecida novia de América. 

Se empezaron a morder, sus lenguas empezaron a sofocarse. Lucero se movía como hoja de árbol al compás de un Vals. Ambos se miraron con una sonrisa picara, con un respirar loco, y el cabello de Lucero cayendo sobre el rostro de él, y los pechos acariciaban la boca insaciable de Manuel.  De repente la vida se les fue, de una vez, y rendidos caen en el abrazo de los besos, calmos, suaves y tiernos que empezaron el ritual.