Aunque no estemos juntos, estarán los recuerdos...

martes, 18 de junio de 2013

Mi amor siempre lo tendrás II



Después de aquella fatídica noche, donde Lucero como la más vil traidora había acabado con los sentimientos y el corazón de Manuel, las horas se hacían eternas, para los dos protagonistas de esta historia.

El reloj marcaba las 2pm, Manuel aun no almorzaba, pues qué apetito podría tener después de haberse embriagado toda la noche, estaba como hipnotizado, sobre el sillón de la sala de su casa. No podía sacar de  su cabeza la imagen ruidosa de Michaell y Lucero, juntos en la cama (aunque no logró verlo, pero si se lo imaginaba). Le costaba trabajo creer que su "lindis" la dueña de aquellos perfectos pechos que él besaba con veneración, la de la sonrisa perfecta, la de piernas maravillosas, ella, justo ella, había dejado que un hombre extraño y ajeno recorriera todo su cuerpo...un momento! No era un hombre extraño, era el que fue su amigo por muchos años. Esto le dolía aún más.

--Toc, toc-- un ruido muy juicioso se escuchó detrás de la puerta. Mijares suspendió sus pensamientos y fue abrir la puerta. --Hola guapo, cómo estás-- le dijo su amiga Renata, quien venía con 4 maletas, --Renata *contestó con voz alegre* No esperaba verte por acá-- Pues ya ves, siempre es bueno visitar a los viejos amigos, mi adorado, Manuel-- terminó susurrándole al oído.

Renata venía a quedarse, había pasado una temporada en España, y decidió volver a México, para establecerse de una vez por todas. --Perdón por haber venido sin aviso, pero mi viaje fue repentino, y quería preguntarte si puedo quedarme un par de días en tu casa--dijo la mujer, haciendo un intento por hablar como andaluza. Mijares no sabía que responder, pero terminó aceptando.

Esa tarde sirvió para que Manuel y Renata conversaran sobre sus vidas. Él le contó de su divorcio con Lucero, y ella le confesó que nunca se casó por temor a fracasar, pero sí aceptó que seguía enamorada de un viejo amor. 

Ya el sol empezaba a ocultarse, y Lucero estaba impaciente, la embargaban los pensamientos malos. Tenía ganas de salir corriendo donde su "spaw", para poder explicarle las cosas y que la perdonara, pero al mismo tiempo sentía temor, tenía el presentimiento de que Manuel, la rechazara. Estaba triste, sollozaba. De aquel rostro angelical y sonrisa perfecta, solo quedaban recuerdos. Estaba desecha. 

Los niños habían llegado, y en cuanto vieron a su mamí, le preguntaron que por qué estaba así, ella no supo que responder, solo los abrazó y les dijo "Mis amores, los amo con todo el corazón, eso nunca lo olviden". Los niños sonrieron y le dieron un beso y abrazo, respectivamente. José Manuel, que suele ser el más consentidor, le dijo a su mamá --Mamí, nunca te lo he dicho, pero te amo-- Esas palabras sirvieron de mucho consuelo para ella, quien lo tomó en sus brazos y le dio un fuerte abrazo. Lucerito, por su parte, había pedido permiso para ir a casa de su papí.   

--Mi reyna, al fin llegaste-- gritó muy emocionado Manuel, mientras Lucerito corría a abrazarlo. Estaba muy emocionado de ver a su hija. --Y ella quién es, papá-- preguntó extrañada la pequeña, cuando vio que Renata bajaba en toalla, por las escaleras. --ella, es una amiga de papá, que vino a quedarse por unos días--    A la niña le pareció extraño, pero se limitó a decir palabras y apresuradamente le dijo a su padre que se iba, porque tenía mucho sueño. Era obvio que la presencia de aquella aspirante a española, la había inquietado.

Cuando llegó a casa, no tardó en decirle a Lucero, que en casa de su papí había visto a una mujer. La adorada, sintió que esas palabras que salían de la boca de la pequeña, eran gotas de ácido que marcaban su cara. --Me cambió, por otra, y aun así me reclama, es un....--dijo para si.

Esa noche, fue otra fatídica, para Lucero, trataba de imaginar quien era la mujer de la casa de su ex, quería adivinar el motivo de la visita, pero solo se le ocurría, que podía ser una amante de Manuel. Que poca imaginación la de Lucero, no?

A la mañana siguiente, Lucero salió muy temprano a caminar, Manuel había hecho lo mismo. a un par de cuadras, se habían encontrado, y Lucero no dudó en decirle --Así que tienes a una "amiguita" *en voz sarcástica* en tu casa, vaya!! Qué rápido curas tu corazón, mi adorado spaw". Manuel le respondió muy seguro --Pues, si, es una amiga, que vino a quedarse un par de días a la casa, con la diferencia de que yo, jamás la metería en mi cama, porque sé respetar la lealtad entre los amigos-- Aquellas palabras terminaron por herir la poca fortaleza que le quedaba a Lucero. Que tengas buen día "lindis" le respondió devolviendole el sarcasmo.

Esa mañana, Renata había preparado el desayuno para Mijares. Aunque él lo ignoraba, ella estaba dispuesta a conquistar el corazón del soldado del amor. Cuando Lucero iba entrando a la puerta de su casa, se encontró con la visita de Manuel, quien le dijo --Así que tú eres Lucero, No pensé que fueras tan....*la recorrió con la mirada de pies a cabeza*-- Perdón!? Quién es usted, es alguna fans que quiere un autógrafo, porque si es así, le digo que ahorita no estoy para atender a nadie-- respondió Lucero. --No, Lucero, no soy una fans, ni deseo serlo, soy Renata la huésped de Manuel-- dijo la mujer. Lucero se sorprendió y extrañada, levantó una ceja.

Renata era una mujer desabrida, sin gracia, y sin belleza natural, pues poseía unos pechos probablemente operados y unas piernas muy normales. A diferencia de Lucero que es...bueno, ya saben ustedes como es ella.

Manuel había visto que las mujeres hablaban, y se dirigió hacia ellas, --Renata qué haces acá-- le dijo extrañado, --solo salí a tomar un poco de aire, y me encontré con tu ex-mujer-- respondió. Lucero sin despedirse, entró a la casa y les cerró la puerta casi en la cara.

La llegada de Renata, la traición de Lucero, el enojo de Mijares y el acoso de Michaell, terminarán por complicar la situación o una posible "reconciliación" entre el lindis y el spaw.

To be continue...

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