Aunque no estemos juntos, estarán los recuerdos...

jueves, 15 de agosto de 2013



Sin aguantarse las ganas- Parte I 





La jornada de grabación había sido extensa para Lucero, por eso ese día Manuel la ayudo con los niños, como era tiempos de escuela ellos prefirieron volver a la casa de su mama después del colegio para estar más cómodos y Manuel estaría con ellos hasta que Lucero llegara como habían acordado esa mañana por teléfono. 
Luego de acostarlos y comprobar que estaban dormidos, pensó irse pero como ella no llegaba no quería dejarlos solos, fue hasta la cocina saco un copa y un botella de vino y se sentó en el sillón de la sala a ver el resumen del fútbol a esperar. Eran pasada la 1 de la mañana y ella no regresaba y la botella de vino se había terminado,  le mando un mensaje preguntando donde estaba pero apenas lo mando sintió que se abría la puerta. 
Dejando su bolsa sobre la mesa de entrada, entro a la casa y fue hasta la sala, verlo de espalda con su cabellera llena de rulos y en el lugar que siempre solía estar le causo un respingo. Hacia mucho tiempo que no le afectaba sentirlo tan cerca pero esa noche era algo especial, no sabía si era la fatiga de tanto trabajo que necesitaba sus caricias o el verlo así tan el que necesitaba reclamarlo como su dueña. el se dio vuelta -lucero no te había escuchado- mintió. 
Ella se acerco y sin poder evitarlo lo saludo con un beso, un beso provocativo dado en la comisura de los labios, deseando que el hubiera corrido la cara y besarle su boca. 
-Veo que se acabó el vino- dijo y se sentó al lado de el.- Si perdón es que desde hace rato te estoy esperando, los niños están dormidos y tu ya estas aquí, así que es mejor que me vaya- hizo la intención de levantarse y ella lo tomo del brazo impidiéndole. -no te vayas Manuel, hoy no- le dijo y sin más lo beso, <<que estas haciendo lucero, porque eres tan aventada>> su conciencia la recriminaba. Se parto -perdón, yo no debía- - no hay nada que perdonar- la atrajo a el y la beso con las fuerza, ella le correspondía su beso mientras le desprendía los botones de la camisa, introdujo su mano entrelazando sus dedos con los pelos del pecho de el, algo que le fascinaba. El descendió por el cuello de ella y luego se acercó a su oreja -te necesitaba- Le susurro. Ella le tomo la cara con ambas manos y mirándolo a los ojos le dijo - no más que yo- y lo beso con todas sus fuerzas tratando de sentirlo, que sus labios se hicieran un solo par, que cada huella de ese momento quede grabada en ella. El la desobligo de su camiseta y la tumbo sobre el sofá donde pudo recorrer todo su torso a besos y ella lanzo un gemido cuando Manuel llego a su barriga y la continuo besando desabrochando su jean.
Se saco la camisa y pego su torso al de ella, haciéndola sentir su entrepierna y ella ahogó su grito entre los labios de el, en un suave e intenso beso. 
Las manos de ella recorrían toda la espalda mientras las de el ágiles y delicadas con un solo movimiento le sacaron el corpiño de encaje rojo que traía para tener acceso directamente a su piel el juego con ellos haciéndola sentir con todo su cuerpo, arqueo su espalda -quiero sentirte Manuel- dijo con su voz entrecortada.  El sin más cumplió sus  órdenes deslizo el pantalón de ella cuidando que sus manos recorrieran toda sus piernas mientras volvía hacia ella. Cumpliendo sus órdenes, sus cuerpos de unieron, se movían al mismo ritmo, con envestidas fogosas , ella con su manos entrelazadas en su pelo, que jalaba a causa de las sensaciones que vivía  y besándolo para decirle cuanto lo seguía amando. Ella llego al la cima de sus emociones, grito sin inhibiciones, sin importarle que la escucharán, el también lo hizo con un ronquido grave y cayendo tendido sobre el cuerpo de ella. Sus cuerpos agotados con sudor y respiraciones agitadas, sobre el sillón, pero la noche recién empezaba y sus almas no habían sido saciadas...