Aunque no estemos juntos, estarán los recuerdos...

miércoles, 19 de junio de 2013

Mi amor siempre lo tendrás III

Era una tarde de domingo, Renata se había ido al centro-comercial, y Manuel había quedado solo en la casa. Los niños, Lucerito y José Manuel, estaban de vacaciones con su abuela. 

Lucero, bajaba de su auto, cuando vio que Manuel regaba unas rosas del jardín delantero de su casa. --Manuel, he intentado de mil maneras, hablar contigo, por favor, dame la oportunidad de explicarte muchas cosas, no me evadas, por favor-- le decía suplicándole. --Qué me vas explicar? Qué me cambiaste por ese hombre que decía ser mi amigo, que te revolcaste con él, en la misma cama donde tú y yo hicimos el amor muchas veces, dónde te ame cada noche y recorrí todo tu cuerpo? Eso me vas a decir? Por qué insistís en hacerme daño, por qué Lucero-- decía Manuel, entrecortando su voz, por el profundo dolor que sentía su corazón. --No digas más Manuel, tus palabras me hacen daño, maltratan mi triste y arrepentido corazón-- replicó Lucero, mientras las lágrimas le recorrían el rostro.

Era una escena muy triste, y aunque ellos trataban de resistirse, solo querían que esa pesadilla acabara. Mientras ellos hablaban, un carro se estacionó frente a la casa de Lucero. Era el fastidioso "amigo" de Manuel, con quien Lucero lo había traicionado.

--Mi querida Lucero, vine a verte porque tenemos que hablar de algo muy importante-- saludó Michaell, mientras le daba un beso de pico a Lucero, frente a la mirada atónita de Manuel. Ella no dijo nada, se limitó a ver la reacción de Manuel, quien muy indignado les dijo --Por mi no se preocupen, eh! Seguiré regando mis plantas, ya que ellas merecen más atención y amor que un par de traidores-- Y se fue muy furioso para adentro de su casa. 

Lucero, le dijo muy enojada a Michaell --Qué te pasa, por qué me saludas de esa manera, la última vez que nos vimos te dije que NO quería verte en toda mi existencia, porque vienes a buscarme, aléjate de mi, que tu sola presencia me causa daño-- Michaell, quería converncerla en que tuvieran una relación más formal, e incluso había llegado con un anillo de matrimonio, pues quería convertirla en la señora de Kuri. Vaya atrevimiento el del pelón, no?

Cuando Lucero escuchó la absurda petición del desabrido hombre, no pudo contener la risa y soltó una carcajada, desde lo más profundo de su ser. --Es que no puedo creer lo desfachatado que eres, cómo pudo cruzar por tu cabeza la idea de que yo quiera ser tu esposa? Ya te dije que NO te amo, NO quiero casarme contigo-- respondió, mientras que Michaell la miraba de una manera extraña --Pero cómo dices que no me amas si la otra noche me hiciste el amo...--Lucero no lo dejó terminar e intervino diciendo --un momento, quien me hizo el amor fuiste tú, porque mientras tú me besabas yo pensaba en Manuel, porque yo nunca he amado a otro hombre  que no se llame Manuel Mijares Morán, grábatelo por Dios-- Michaell quedó abatido por aquellas palabras acusadoras de Lucero, tanto así que le dijo --Lucero, nunca pensé escuchar eso de tus labios, pero creo que estamos a tiempo de que te retractes y hagamos una vida juntos-- Lucero no resistió más la "incredulidad" de aquel hombre y le puso las manos sobre el rostro y mirándolo fijamente a los ojos le dijo: 

Michael, sos un hombre excelente, cualquier mujer estaría deseosa de ser tu esposa, pero lamentablemente yo no, quiero que entiendas que amo y amare por la eternidad a Manuel, no quiero lastimarte más, y por lo de la otra noche, es mejor que lo olvides, porque para mi, eso nunca sucedió-- Michaell dejó caer una lágrima sobre su rostro, y solo dijo --Gracias por haberme echo feliz, aunque sea esa noche, que para ti, nunca sucedió-- le dio un beso en las manos a Lucero y se marchó.

La adorada se sentía liberada, y estaba segura que Manuel tendría que escucharla y perdonarla de una vez por todas. Fue en busca de su amor eterno, más no podía creer lo que sus ojos vieron cuando abrió la puerta. Manuel Mijares había escuchado toda la conversación, y era ahora él era quien imploraba por los besos apasionado de Lucero.

Lucero: Manuel, qué haces aquí, tú...Manuel no la dejó terminar y la tomó entre sus brazos y le dio un beso muy apasionado, la cargó entre sus brazos y la llevó hasta el sofá de la sala. No decían palabra alguna, solo respondían a los estímulos y la necesidad de sus cuerpos. 

Lucero abajo del cuerpo de Manuel, solo sentía como la fuerza del cuerpo de su amado, le oprimía su delicado cuerpo, y una fuerza que nacía bajo sus piernas la hacían excitarse cada vez que Manuel recorría con sus manos las torneadas piernas que la caracterizaban. 

Manuel no dejaba de replicar "discúlpame, por todo lo que te dije" Lucero no hablaba, solo quería seguir besando los labios y barba perfecta del Mijares. En el vaivén de sus cuerpos y los aceites naturales que despedía la vagina extasiada de Lu, Manuel se perdía por las curvas de la carretera perfecta del cuerpo de Lucero. 

La erección fue incontrolable, es algo natural, pues el pene de Manuel, acostumbrado solo a entrar en aquel "túnel" muy reconocido, donde al parecer le gustaba descansar y posarse, mientras Lucero dejaba salir de su boca profundos suspiros. 

El reloj marcaba las 9pm. Los amantes habían quedado con mucha hambre, pues no era para menos después de la rutina de "ejercicios" de casi 3 horas. Lucero se fue a preparar algo de comer. Vestía la camisa mangas largas, celeste, de Manuel, la favorita de este por cierto, y por debajo? Pues ahí no llevaba nada.  Entre cada bocado de comida se daban un beso, a veces compartían pequeños mordiscos de frutas. Lucero sonreía como solo ella sabe hacerlo, y Manuel le restregaba su barba sobre su rostro. 

Acabaron viendo una película romántica "Cuando Harry encontró a Sally". Mientras la cinta corría, los besos y caricias de aquellos dos eran incontrolables, empezarían la aventura nuevamente, cuando el sonido del -Toc, Toc- de la puerta. --Esperas a alguien, mi lindis-- dijo Manuel, --No tengo idea de quién pueda ser, pero no quiero que abras, ven, abrázame mi amor-- Pero Manuel insistió en abrir.

Era Renata, la desabrida mujer que intentaba llamar la atención del soldado del amor. Pero ella vio que Manuel estaba en calzoncillos y sin camisa, y dentro de la casa de Lucero, lo demás se lo dejó a la imaginación. Indignada no dijo ni media palabra y se fue a casa de Manuel a recoger sus cosas.

--Quién era Manuel?-- preguntó Lucero, --No era nadie, mi amor, hoy nadie nos arruinará nuestra reconciliación, quiero amarte hoy, mañana y siempre-- sellando esta frase con un beso francés, Manuel le respondió. Pero fue ella quién acabó diciendo --Yo quiero pedirte...No! Te exijo a que regreses a mi casa, a mi cuarto, a mi vida-- Sonrió picaramente la adorada.

Ya han pasado 3 meses desde que Manuel regreso a casa de Lucero, los niños están contentos de poder tener a su padre en casa, nuevamente. Y Lucero, pues que decir de ella, que todas las noches disfruta ver dormir a Manuel entre medio de tantas almohadas (5 para ser exactas). Es el tercer domingo del mes de junio, una fecha especial para Manuel, Por qué? les tocará investigar, los niños obsequiaron a su padre un par de corbatas y un libro, y Lucero? Pues ella le dio en una cajita, una prueba farmacéutica de regalo, donde se aseguraba que un "niño" o "niña" estaba por llegar a la familia de los #MijaresHogazarocks.



To Be Continue...A eso ya no vaaa!!! END. 

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