Aunque no estemos juntos, estarán los recuerdos...

martes, 2 de abril de 2013


Noche de camerino... 


Lucero esta melancólica porque anhela escuchar ese timbre de voz que le traen gratos recuerdos

Esa voz que la había enamorado, que estremecía la piel y la que la desvelaba cada noche, hasta quedarse dormida

Recordando estaba, cuando decidió irse al AN a escucharlo cantar

Sabía que sería arriesgado, pero sus deseos de volver a verlo, sentirlo, volver a enamorarse eran más fuertes...

Llegó al AN, justo cuando Manuel estaba cantando 'canto por ti', al escuchar la primera melodía, su corazón dió un vuelco tremendo

Sabía que cada palabra, cada frase estaba dedicada a ella… Se dejó atrapar y su imaginación la envolvió de romance

Recordó aquel anillo, aquella declaración de amor y la petición que le cambió la vida para siempre

Aquel 14 de febrero, donde sin pensarlo, la promesa de ser "lindis de Mijares", sería eterna,

donde 4 veces amor, se convirtió en el himno de su amor...aquel 14 de febrero que nunca olvidaría.

Cuando de pronto, Él en medio de toda esa gente la descubre y se funden en una sola mirada

Ella olvida sus pensamientos y se conecta con la mirada de Manuel...él le hace un guiño tierno que ella interpreta como amoroso

Sin pensarlo… el tiempo había pasado, las canciones se habían esfumado, y ella sin dudarlo, lo buscó en su camerino…

Golpeó la puerta suavemente, temía ser descubierta, él le abrió y la invitó a pasar, diciéndole -pensé que ya no llegarías-

Sus manos sudaban, su corazón latía fuertemente, él la abrazó fuertemente, enterrando su nariz en su pelo, sintiendo su bello aroma

Ella elevo su mirada, evocando ternura...él le susurra al oído un -Lucerina de mis amores-.

Comenzó a besar suavemente su cuello... conquistando nuevamente cada centímetro, llevándola a la locura

Ella correspondía a cada beso y a cada caricia, no quería despegar sus labios.

Eran -te amo- pronunciados en silencio, con besos apasionados. Manuel le comenzó a desprender su camisa de lunares,

Mientras Lu temblaba, porque temía que su pasión se desbordara de una sola vez, tenía miedo a que se despertara la fiera que llevaba por dentro

Con las ganas guardadas, le sacó despacio su remera, pero él la tomó por sorpresa y la recostó en el gran sillón que había,
 

Empezó a besar cada parte de su cuerpo, palpando cada centímetro de su bello y perfecto cuerpo

Se despojaron de la poca ropa que les quedaba, su piel en contacto desbordaba pasión en cada roce

De repente Lucero le dice -para Manuel creo que esto no está bien- él lleva sus dedos a sus labios y hace un gesto de silencio

A Lu no le queda más que cerrar sus ojos y dejarse llevar. Se amaron sin parar, llevados por el frenesí que tanto extrañaban.

 
Él parecía un tigre hambriento que deseaba comérsela, ella una cálida y libre mariposa que vuela entre sus pensamientos.

Ese choque de energías los llevó, a ambos, al clímax perfecto, un momento de gloría para ellos.

Lucero jadea muy despacio, no quiere asustar a nadie. El con una mirada profunda exclama todo su amor. No hay palabras, solo besos.

Sus respiraciones van descendiendo de apoco, esa promesa de amor que habían renovado esa noche, los había unido otra vez.

Juntan sus manos y las funden en un abrazo muy fuerte. El quiere seguir, pero ella solo quiere reposar su rostro sobre su pecho.

Así abrazados, recostados en el sillón, manteniendo el calor que los envolvía, sonrieron felices y enamorados...

Pícaramente ella y le da un pequeño mordisco en sus pezones, y exclama -sabes algo? tu eres mi hombre para toda la vida-

-y tú la mujer que nunca dejare de amar, gracias por hacerme feliz- y se besaron con la pasión que no se había acabado.

Lucero solo quería dormir en sus labios, reposar en su pecho y entrar..... en sus pensamientos, así se amaron una vez mas.

Con mayor fuerza aún, deseando que esa noche nunca acabara para amarse una y otra vez

Así pasaron hasta quedarse dormidos, entre beso y abrazo la luz del sol apareció y los despertó

No les importó que todos se enteraran que habian pasado la noche ahí encerrados, ellos habían tenido la noche más feliz de sus vidas

Manuel la saludo con un tierno beso de buenos días y le dijo "despierta lindis, un nuevo día nos espera". 


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